Los buenos resultados del cine español

El ministro se congratula de los buenos resultados del cine, aunque todos sabemos que la realidad va por otros caminos

El público, el ministro de Cultura, (Educación, Cultura y Deporte, ya lo sabemos) se congratulaba en San Sebastián de los buenos resultados que el cine español va a obtener en este año, posiblemente los mejores en los últimos 25. Pero si tuviese las agallas necesarias, debería añadir inmediatamente que esto no está sucediendo gracias a él, ni al Gobierno del que forma parte. Debería agradecérselo a los guionistas, directores, productores, actores, técnicos, laboratorios, distribuidores y exhibidores que aportan su talento y la excelencia de su trabajo, y a continuación, entonar un “mea culpa”.

Porque este éxito puntual del cine español se está logrando a pesar de los esfuerzos que el actual Gobierno ha puesto en marcha para liquidarnos. Esfuerzos que –seamos realistas- están dando sus frutos en otros asuntos de los que casi nadie habla:

  • El pasado año (2013) la cuota de pantalla del cine español fue una de las más bajas de la historia, cosa que el ministro parece haber olvidado con facilidad.

  • El descenso de espectadores TOTALES (cine español + cine extranjero) continúa imparable, fundamentalmente por culpa del 21 por ciento de IVA en las entradas y por el absoluto descontrol de la piratería, cosas que el ministro nunca reconocerá en público.

  • En los próximos meses (de aquí a finales de año) se cerrarán más de 300 cines en toda España. Cines que dejarán tras sí un desierto cinematográfico en muchas zonas de España, capitales de provincia incluidas, por no haber recibido NINGUNA ayuda del Estado para digitalizar sus cabinas de proyección. El ministro nunca dirá en público que esto solo está sucediendo en España, ni que todos sus colegas europeos han ayudado de una forma u otra a los pequeños exhibidores en su migración al cine digital.

  • Por último, este ministro de Cultura tampoco reconocerá en público que su sucesor (sea del partido que sea) deberá hacer frente a más de 500 millones de euros, cifra aproximada que será necesaria para cubrir el daño que el Gobierno del PP ha causado a los productores, con la peregrina decisión de eliminar en España el sistema de compensación por copia privada que se aplica en toda Europa. El Tribunal Supremo europeo condenará al Reino de España, con casi total seguridad, en un plazo inferior a dos años, a pagar a los productores el dinero que han dejado de percibir, desde 2011, por este concepto. De hecho el TS español ya ha suspendido la “Ley Lasalle”, nombre con el que se conoce vulgarmente la norma que contempla la consolidación de esta injusticia. Así entre todos los españoles deberemos pagar –a través de nuestros impuestos- esos 500 millones de euros que ahora se están ahorrando las grandes multinacionales de la electrónica. Así, resulta explicable la nota recientemente difundida por AMETIC, la asociación de las empresas de electrónica, a favor del mantenimiento del sistema de compensación por copia privada con cargo exclusivo a los Presupuestos Generales del Estado ¡Sus asociados se están embolsando 115 millones de euros cada año gracias a ello!

Para terminar, y volviendo a la satisfacción del ministro por los buenos resultados de cinco películas españolas, deberíamos decirle (aunque estamos seguros de que él lo sabe) que el cine es un negocio de alto riesgo, con grandes e imprevisibles altibajos en sus resultados, y que el hecho de que en el año actual hayan coincidido cinco estrenos de cierta magnitud, no quiere decir, ni mucho menos, que el año 2015 esto se vaya a repetir.

La única forma de lograr unos resultados aceptables año tras año es invertir mucho dinero en la realización de muchas obras, de tal forma que el fracaso de unas (las más) se compense con el gran éxito de las otras (las menos). Esa es la política del cine en USA, política que aquí, en Europa, solo se aplica en Francia gracias a un sistema público-privado que funciona con regularidad y con precisión meridiana desde hace más de 50 años. Haría bien este ministro saliente de Cultura en intentar imitar, aunque solo fuese de lejos, a sus colegas europeos.

Antonio Carballo.2014