Cataluña: Jaque mate, ¿de quién?

Sobra reincidir en la manipulación identitaria del nacionalismo: a golpe de simposios, subvenciones, regulaciones e inmersiones, han levantado un sentimiento nacional, una nación étnica. Porque étnica es una nación histórica (o sea, que vive más en el pasado ‒o del futuro- que en su agónico presente) creada sobre algo tan gaseoso como el sentimiento; éste, al servicio de la demagogia, siempre es excluyente, pues siempre tomará a la parte por el todo. ¿Más pruebas? Bien, recordemos las siguientes palabras que Jordi Pujol pronunció en 2004 en la Universidad Catalana d’Estiu (UCE): «Hemos de vigilar (el mestizaje), porque hay gente en Cataluña que lo quiere, y ello será el final de Cataluña». O estas otras, en la misma conferencia, reclamando competencias sobre inmigración (refiriéndose también a la población del resto de España, se entiende), argumentando que «es un tema muy serio para mucha gente, para Cataluña es además una cuestión de ser o no ser»

La soberanía no se trocea

Las Cortes han cumplido con su función y ahora se inicia otro período de confrontación dialéctica y jurídica. Rajoy hará bien en seguir sin responder a las continuas provocaciones de Mas y sus adláteres y esperar hasta que el gobierno y el Parlament de Cataluña se sitúen fuera de la ley. Entretanto, la sociedad civil catalana tiene que ponerse en marcha para demostrar que la mayoría de los catalanes está a favor del entendimiento y la unidad y consideran que la secesión es un proyecto ruinoso para Cataluña y España.

Mendoza alerta de la fractura social en Cataluña

Eduardo Mendoza asegura que en el ambiente que se respira en Barcelona «cada vez hay más divisiones» a causa del proyecto rupturista impulsado por el presidente de la Generalidad, Artur Mas, hasta el punto de que en las reuniones sociales la gente evita hablar del tema. Cree que se podría encontrar una solución sencilla, pide…

Yo quiero seguir siendo catalán

Una de las incongruencias del relato soberanista es su desapego a ser catalanes. Parece que ser kosovar, crimeo, croata, checo o danés, cada día cambian de referente, sea muchísimo mejor que ser catalán. No idolatro las patrias pero francamente no veo las ventajas del cambio. A los catalanes nos ha ido bien, yo incluso diría…

Atrapados en el estado de la nación

La cita anual en el debate sobre el estado de la nación de este año ha puesto de manifiesto el escaso margen de maniobra de que disponen tanto el gobierno como el principal partido de la oposición. La recesión, la crisis financiera y sus secuelas (destrucción de empleo, paro, caída del crédito y aumento de la morosidad, y finanzas públicas maltrechas) estuvieron omnipresentes en el hemiciclo y dejaron en evidencia a unos y a otros, por razones distintas.

Caza de brujas separatista

Es frecuente que desde el nacionalismo catalán se acuse a sus opositores de «banalizar el nazismo» a la hora de criticarles. En esos casos, es habitual que una legión de medios y opinadores respondan contundentemente, hasta el punto de que incluso la Generalidad ha llevado a los tribunales a diversos periodistas y tertulianos por este motivo.

Una auténtica caza de brujas contra los que no se amilanan ante el separatismo.

“ Catalonia calling ”

A medio plazo, hay que hacer España más atractiva de lo que es para los españoles de los cuatro puntos cardinales; pero a corto, hay que actuar políticamente con astucia y realismo. Nos estamos jugando la convivencia en unidad política de una de las más viejas naciones de Europa que es, precisamente, España. Y cada vez nos queda menos tiempo para rescatarnos a nosotros mismos del desastre de la centrifugación de la identidad compartida y del proyecto común.

Derecho a decidir hasta el 2016

La admisión de que, en los tres próximos años (por lo tanto, toda le legislatura, o más) CDC no quiere hacer nada para encarar los problemas reales no es una novedad, al ser constatable. La noticia es reconocerlo. Mas y su desaparecido gobierno ni siquiera hablan de economía o de paro, o de sanidad o de enseñanza, ni de nada.

La deslealtad de Mas no puede salirle gratis

Creemos que hay pocas dudas de que Mas está atentando gravemente contra «el interés general del España». Pero existen otras posibilidades intermedias como la de subordinar las ayudas del Fondo de Liquidez Autonómica al desmantelamiento de las embajadas. Lo que de ninguna manera puede consentir el Gobierno -si quiere que su autoridad sea respetada- es que las deslealtades de Artur Mas le salgan gratis.