Agentes políticos
En una organización política oficialmente presentada como democrática, hay dos clases de agentes, entendiendo por tales a los que deciden de verdad cuanto ocurre y cuanto va a ocurrir. Esos agentes son los partidos y los grupos de presión. Cuando los partidos son fuertes y funcionan bien, los grupos de presión intervienen sólo parcialmente; pero cuando fallan los partidos, los grupos de presión dominan por completo. No debemos equivocarnos al proponer remedios para regenerar la presente -y mala- situación española. El buen camino empezará a recorrerse con una nueva ley electoral que genere unos partidos de ciudadanos, no los ‘partidos de empleados’ que ahora tenemos. He aquí el primer paso. Luego vendrán, como consecuencia, las otras medidas. Y tenemos que fijarnos en esa primera reforma -la de la ley electoral, insisto en ello-, con la advertencia de que los buenos frutos se obtienen con la mejora de las raíces del árbol, siendo un error fijarnos sólo en las ramas y en las hojas.
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