MIL PROFESIONALES y la Educación

Después de varios artículos, creo que debo dirigirme a los lectores directamente. Querido lector, hemos de dejar claras, con el fin de ponernos de acuerdo,  varias cuestiones sobre la educación de nuestros hijos y la formación de los futuros ciudadanos. El fin no es otro que el que todos podamos convivir en paz, y con  todas las cotas de autonomía personal que, sin dañar dicha convivencia, nos permita la vida actual.4968
La primera cuestión clara e indiscutible es: que una persona de 25 años no es más que la educación y la formación recibida.
Si estamos todos de acuerdo con esta afirmación, hemos de educar y formar a los alumnos para que cuando alcancen esa edad estén lo mejor formados para defenderse en la vida profesional, y, a la vez, que tengan la mejor educación de reglas de convivencia para llevarse lo mejor posible con sus convecinos. También estaremos de acuerdo que todo lo que esté fuera de esto es divagar.
Lo bueno de la nueva ley de educación es que pretende formar mejor técnicamente a los alumnos. Les obliga a estudiar más para que aprueben y alcancen mayores cotas de conocimiento. Con más pruebas a superar y con exigencia general para que el que quiera estudie y el que no quiera que se dedique a cuestiones profesionales. Estas deben ser prestigiadas y defendidas. Después de todo, un buen conductor de autobús o un buen fontanero o albañil es tan prestigioso y necesario para la vida ordinaria como un periodista, un médico o un abogado.
En la asociación de MIL PROFESIONALES luchamos cada día para concienciar a todos los españoles, que debemos formar y educar lo mejor posible a todos nuestros alumnos, porque aspiramos a estar entre los diez mejores estados del planeta Tierra.
Si queremos estar en esa posición, damos la bienvenida a una ley que ayude a estudiar, a valorar al que lo haga y que haga prestigioso al que se esfuerce y quiera ser de los mejores en su campo.
Queremos que se forme a los mejores profesionales posibles. Necesitamos profesionales de todo tipo. Desde médicos e investigadores a cuadros dedicados a la industria, la construcción o el propio sector agrario. No podemos permitirnos el que cualquier persona en España que lleve a cabo una profesión no esté lo más tecnificado posible. Ello solo se consigue si potenciamos las escuelas profesionales y formamos a los mejores cocineros, metres, recepcionistas, etc. Sin dejar de lado a albañiles, mecánicos, torneros y un sinfín de profesiones que parece que de la noche a la mañana las hemos olvidado. Todos, absolutamente todos somos necesarios e imprescindibles para sacar a nuestro estado de esta parada circunstancial, y debemos luchar por ser la séptima u octava potencia industrial.
Con los técnicos en deporte  estamos demostrando, primero a nosotros mismos, y después al resto del planeta, que con una buena formación se pueden sacar adelante a los mejores deportistas. España es una de las primeras potencias mundiales en deportes, tanto individuales como colectivos.
¿Porqué no nos convencemos de que si formamos a nuestros jóvenes en técnicas profesionales, tal como los formamos para el deporte, podemos obtener los mejores profesionales del planeta en cada ramo?
¿Tan difícil es comprobar que si nos dedicamos a industrializarnos y trabajar con criterios técnicos podemos llevar a nuestro país a estar entre los siete u ocho mejores del mundo?
Las empresas tanto nacionales como multinacionales españolas necesitan que cambiemos la forma de educar y formar a los alumnos y jóvenes en general. Debemos perseguir la excelencia y formar a los mejores para que nos lideren y alcancemos las mayores cotas profesionales en toda la actividad económica del momento.
Adelante, adelante, ya hemos demostrado que podemos … De sobra.

Carlos Gonzalez-Teijón. 2014