Carod y el protofascismo secesionista

  Verdades del independentismo: los independentistas son transversales, mientras que aquellos a los que ellos llaman «unionistas» se pueden tipificar fácilmente. Ayer lo hizo Josep-Lluís Carod-Rovira en un artículo en Nació Digital, y metió la pata hasta la yugular. Según Carod, se puede «detectar con precisión al grupo de ciudadanos que podríamos calificar como militantes…

Tamames y la Cataluña que no quiere saber

  Aquí nadie quiere saber nada de verdad, y por eso estamos donde estamos. Se desprecia lo que se ignora o incomoda, y se sobrevalora la voluntad (porque sí, porque lo quiero, porque lo queremos); una supuesta voluntad que no atiende a razones y que es la de quienes manejan el retablo de títeres y…

Ahora, más monárquico que republicano

El papel simbólico, moderador y representativo que nuestra Constitución otorga a la Corona no ha producido interferencias significativas en el funcionamiento de las instituciones del Estado, y pocos reproches cabe hacer al Monarca en este terreno. A los preocupados por los fastos y dispendios, les recordaría que el mantenimiento de la Casa Real consume una fracción insignificante de los Presupuestos Generales del Estado, probablemente menor de la que tendríamos que destinar al mantenimiento del presidente de la República.

Los inversores extranjeros no contemplan la secesión de Cataluña

un reciente estudio realizado por el proyecto Europa Liberal sobre las consecuencias de una hipotética independencia de Cataluña y destinado a inversores advertía de que, en el peor de los casos, esta podría suponer la salida de España de la UE, la deslocalización de numerosas empresas de Cataluña y de toda España, una caída del 30% del PIB de Cataluña y del 10% de España, e incluso la aparición de un conflicto armado con atentados terroristas y actos de sabotaje.
El informe, basado en el método matemático de la lógica borrosa o difusa, y realizado por el economista Richard Onsés y el arquitecto especializado en gestión empresarial y comunicación corporativa Francisco Llamas, establece cinco tablas de riesgo correspondientes a otros tantos ámbitos: el político, el financiero y económico, el militar, el comercial e industrial, y el de recursos humanos y logística.

Cataluña: Jaque mate, ¿de quién?

Sobra reincidir en la manipulación identitaria del nacionalismo: a golpe de simposios, subvenciones, regulaciones e inmersiones, han levantado un sentimiento nacional, una nación étnica. Porque étnica es una nación histórica (o sea, que vive más en el pasado ‒o del futuro- que en su agónico presente) creada sobre algo tan gaseoso como el sentimiento; éste, al servicio de la demagogia, siempre es excluyente, pues siempre tomará a la parte por el todo. ¿Más pruebas? Bien, recordemos las siguientes palabras que Jordi Pujol pronunció en 2004 en la Universidad Catalana d’Estiu (UCE): «Hemos de vigilar (el mestizaje), porque hay gente en Cataluña que lo quiere, y ello será el final de Cataluña». O estas otras, en la misma conferencia, reclamando competencias sobre inmigración (refiriéndose también a la población del resto de España, se entiende), argumentando que «es un tema muy serio para mucha gente, para Cataluña es además una cuestión de ser o no ser»

El separatismo catalán, un problema de Europa

El independentismo catalán es intrínsecamente expansionista; intenta conseguir la independencia de Cataluña hoy, para el día de mañana poder trabajar por la «reunificación política de los Países Catalanes». Esto implica anexionarse otras porciones considerables de España, así como partes de Francia (Rosellón) e Italia (Alguer), además de engullir Andorra entera.

La soberanía no se trocea

Las Cortes han cumplido con su función y ahora se inicia otro período de confrontación dialéctica y jurídica. Rajoy hará bien en seguir sin responder a las continuas provocaciones de Mas y sus adláteres y esperar hasta que el gobierno y el Parlament de Cataluña se sitúen fuera de la ley. Entretanto, la sociedad civil catalana tiene que ponerse en marcha para demostrar que la mayoría de los catalanes está a favor del entendimiento y la unidad y consideran que la secesión es un proyecto ruinoso para Cataluña y España.

De la excepcionalidad a la insurrección

Pocas son también las personas sensatas dispuestas a romper el pacto por la convivencia que, además de garantizar la igualdad de todos los españoles, ha propiciado el período más largo de prosperidad de nuestra historia. Y muchos los ciudadanos catalanes que asumimos con naturalidad la riqueza que supone la pluralidad lingüística y cultural presente en Cataluña, y que estamos decididos a que nadie ponga fronteras a los afectos y las complicidades que unen a los catalanes con el resto de los españoles.