Los nombres sagrados de la verdad

Entre las peores ridiculeces de la tantas veces ridícula corrección política vigente en España está el uso de la toponimia vasca, catalana y gallega cuando se habla y escribe en castellano. Sin apenas resistencia, como en todo lo que ha supuesto cesiones a los nacionalismos, se ha ido imponiendo el uso exclusivo de los nombres en las lenguas minoritarias. Y ya se persigue, critica o amonesta el uso de los nombres históricos en español.