El arribismo del PP

Es urgente dejar de endiosar la coacción estatal como el deus ex machina capaz de resolver todos los problemas sociales para volver a considerarla el origen de muchos de esos problemas.

Resulta casi de Perogrullo señalar que el PP, como el resto de formaciones políticas, es una máquina de poder sin demasiados escrúpulos. Apenas atendiendo a sus decisiones y actuaciones políticas, uno puede constatar de inmediato su absoluta ausencia de cortapisas morales a la hora de mentir compulsivamente con el propósito de saquear al ciudadano y de acaparar todavía más poder para los suyos. No son pocos quienes creen que la política debería ser otra cosa, algo más noble y dignificante

Nuestro persistente riesgo

Nuestro gigantesco déficit público nos condena, precisamente, a estar expuestos en todo momento a las dudas, miedos, incertidumbres y pánicos de los mercados. Es el precio que pagar en esta crisis por un Hiperestado que tanto PSOE como PP se han opuesto radicalmente a adelgazar. Es decir, es el precio de una política económica orientada a preservar la burbuja estatal en lugar de a pincharla.